Teddy está cansado... lo noto diferente ultimamente. Le pido que hable conmigo, juntos podemos solucionar cualquier cosam sin embargo prefiere guardar silencio, y contra eso yo no puedo. El otro dia llegue y lo vi sentado sin garbo en un rincon de la sala, su cabello estaba crispado y sus ojos no brillaban.
Me di cuenta que tenia un vicio... le gustaba contar las hormigas que iban formando su camino de la ventana al rincon mas escondido de mi sala. Nunca entendi su afan por las hormigas, pero siempre lo respeté e incluso me sente junto a el y llegue hasta la numero 120.
Hoy Teddy sigue sin hablarme, ya lleva unos cuantos dias... yo he decidido que en el momento en que él lo necesite con gusto podemos contar hormigas y margaritas, por mientras que se tome un respiro y que libere su mente.
Me di cuenta que tenia un vicio... le gustaba contar las hormigas que iban formando su camino de la ventana al rincon mas escondido de mi sala. Nunca entendi su afan por las hormigas, pero siempre lo respeté e incluso me sente junto a el y llegue hasta la numero 120.
Hoy Teddy sigue sin hablarme, ya lleva unos cuantos dias... yo he decidido que en el momento en que él lo necesite con gusto podemos contar hormigas y margaritas, por mientras que se tome un respiro y que libere su mente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario